Con un poco de retraso, aquí van las últimas fotos que sacamos en Semana Santa (o mejor dicho, la semana de después de Semana Santa).
Una vez recorridos los lugares más interesantes de Dinamarca, o los que más interesantes nos parecieron después de mirar los miles de folletos que conseguimos en la oficina de turismo, la última parada de nuestro viaje era como no, Copenhague.
Copenhague es una ciudad bastante bonita pero como todo en Dinamarca tiene una pega: los malditos horarios de apertura de las cosas que para las 5 de la tarde tienes todo cerrado. Y bueno si al menos abrieran pronto, pues bueno, te fastidias, madrugas, e intentas ver todo lo que puedas. Pues bueno, no sólo cierran muy pronto si no que abren muy tarde (a las 10 de la mañana) con lo que la visita de la ciudad se convierte en una maratón en toda regla, porque para llegar a ver un mínimo de edificios, museos, y demás tienes que correr de un lado para otro para conseguir ver el mayor número de cosas en tan sólo 7 horas (hora de la comida incluida). Vamos toda una aventura.
Pese a las pocas horas que tuvimos para ver Copenhague creo que nos podemos dar por satisfechos. Recorrimos los lugares más importantes de la ciudad, nos sacamos una foto con la sirenita, vimos el cambio de guardia real, dimos un paseo por los canales de Copenhague en barco, y visitamos el Zoo. Creo que nos podemos dar con un canto en los dientes (como dicen en mi pueblo) después de hacer hecho todo eso en apenas 3 días 🙂
Como tan poco es plan de aburrir al personal, voy a colgar aquí alguna de las fotos que más curiosas me parecen, y el que tenga curiosidad que vaya al album completo a cotillear, y si tenéis alguna duda de lo que es cada cosa, pues bueno preguntáis, aunque seguramente yo tampoco lo sepa o al menos no creo que me acuerde 😛
Una de las cosas curiosas que te puedes encontrar en Dinamarca, es numerosas estatuas todas ellas de metal (ya oxidado y por lo tanto del mismo color que la estatua de la libertad de Nueva York), pero lo mejor es que tienen estatuas hasta dentro del canal. La verdad es que la foto no se aprecia muy bien, pero si se mira fijamente se puede llegar a ver una bicicleta. Creo que alguien intentó recrear ET pero su bicicleta no llegó a volar, ¿cuándo les enseñaran a los niños que esas cosas pasan sólo en la tele?
Hablando de los canales, justo en el lugar dónde cogimos el barquito para dar un paseo por los canales, vimos una estampa que ya nos era conocida. Era el canal de Copenhague, que habíamos visto hecho con piezas de Lego en el Legoland. Para el que no se lo crea, os dejo una foto del canal real, y la foto del Legoland, y me decís si estaba logrado o no lo estaba.
Uno de los edificios que no te puedes dejar visitar es la Torre Redonda desde la que puedes llegar a ver una vista muy chula de Copenhague y que lo más curioso es que para subir arriba del todo, no tienes escaleras si no una gran rampa en forma de espiral. Justo en la parte de arriba de la torre, hay un observatorio, pero como no, lo pillamos cerrado ya que sólo abre de Octubre a Marzo 🙁
Otro de los edificios que merecen mención especial es la Iglesia de Mármol, construida como su nombre indica (creo que me he quedado calvo detrás de las orejas) de mármol.
Muy cerca de la Iglesia de Mármol está el palacio donde vive la reina (el palacio de Amalienborg) y dónde se realiza todos los días a las 12 el cambio de guardia. La verdad es que yo creía que en cosa de 10 minutos la cosa se acababa, pero no es así. Los guardias entran para adentro del palacio, salen para afuera, vuelven a entrar… Nosotros estuvimos media hora y al final nos fuimos porque si no no llegabamos a ver nada. La verdad es que es una cosa bastante curiosa para ver, sobre todo porque hay momentos que parecen dibujos animados, jeje. La nota cómica del cambio de guardia es cuando se colocan unos enfrente de otros en fila, los «nuevos» enfrente de los «viejos». Lo curioso es que si en las filas hay demasiado espacio entre ellos (dentro de la fila) se recolocan dando minipasitos para juntarse, lo mejor de todo es que hasta lo hacen sincronizados!! Es supergracioso de ver, de hecho cuando lo hicieron todos los que estabamos allí viendo nos echamos a reír.
Otro de los edificios que no te puedes perder para ver, es el castillo de Rosenborg. Es uno de los palacios de la familia real, en el que hay unas habitaciones impresionantemente decoradas que tenían muchísimo valor, y en el sótano, con unas puertas de casi 30cm de grosor las joyas de la corona. Lo gracioso de visitar este palacio, es que si quieres sacar fotos, te tienes que sacar una licencia de paparazzi, es decir tienes que pagar 20kr y te dan una pegatina que te la pegas y ya eres paparazzi con permiso de fotos. Como nosotros no lo sabíamos no pagamos esas 20kr y cuando ya nos íbamos hablamos con el señor que las vendía y pillamos una. Lo mejor es que el señor nos estuvo tomando el pelo porque nos dijo. «You can take photographs but not take pictures» (para los que no entienda inglés es algo así como «puedes sacar fotos pero no sacar fotos», lo que nos dejó bastante descolocados, hasta que pillamos el doble sentido de la palabra «pictures» que tambien significa cuadros, es decir «puedes sacar fotos pero no coger cuadros», jejeje). Que perro el señor, nos ibamos y todavía se seguía descojonando de nosotros, jejejeje.
Lo que está también muy bien es dar un paseo por los canales en barco. Desde el barco ves los diferentes edificios que están a la orilla de los canales, y el guía te va explicando los diferentes edificios y curiosidades acerca de ellos. Uno de los edificios curiosos es el «Diamante Negro». Le llaman así porque está inclinado ligeramente hacia el mar, de forma que al atardecer o al amanecer (no recuerdo) los destellos del mar quedan reflejados en el edificio y parece como si estuviera formado de un montón de diamantes negros.
Desde el barco, puedes llegar a ver la Iglesia de Nuestro Salvador que se caracteriza por tener en el tejado de su torre una escalera exterior que sube prácticamente hasta su punta. Por lo que el guía nos dijo, la escalera está cerrada y ya no se puede ir por allí. La verdad es que no me extraña porque tiene que ser superpeligroso, qué vértigo!!
Otra de las cosas que puedes ver es un barco que perteneció a la marina danesa y que ahora creo que es un restaurante. Lo mejor, es que aunque nunca participó en una guerra, si que sus misiles fueron disparados. Por lo visto, un día se les disparó sin querer y se cargaron una casa. Más vale que los que vivían allí no estaban en casa si no imaginate que susto, bombardeando tu casa, jejeje.
Y como no, puedes ver la sirenita desde el agua. La verdad es que es mejor visitarla desde tierra, y así te puedes sacar una foto con ella. Cuando llegamos, nos encontramos con un matrimonio de Vizcaya y nos sacaron una foto a los dos con la sirenita tras varios resbalones en las piedras y un casi chapuzón en el mar :S
Otra de las cosas que visitamos (en los escasos 45 minutos que teníamos entre la visita de la Torre Redonda y el cambio de guardia), fue el «Post and Tele Museum», un recorrido muy interesante por toda la historia de correos y la telegrafía danesa hasta nuestros días. Uno de los elementos curiosos que vimos en el museo fue la obra de un diseñador que había hecho unas ovejas con teléfonos de modo que la lana era el cable enrollado del teléfono, las patas eran auriculares y la cabeza era un teléfono antíguo de sobremesa (el típico de la ruleta de números).
Una de las pocas cosas que se pueden visitar después de las 5 de la tarde, es el Tivoli. Es un recinto (al que hay pagar para acceder) que une zona de descanso, comida, espectaculos y atracciones. La verdad es que está muy bien, puesto que está bastante completo. Puedes montarte en las atracciones, jugar una partida a las carreras de camellos (que por cierto que malos que somos, más vale que jugabamos el uno contra el otro con lo que nos llevamos al menos premio, jeje), ver teatro, y pasear por los jardines. Cuando estuvimos paseando por los jardines vimos en uno de los lagos un montón de peces que se acercaban al puente por el que estabamos cruzando. Intentamos coger comida para darles de comer pero la máquina que nos daba comida (previo pago de 2kr) no funcionaba, así que los pobre pececillos se quedaron sin comer, jejeje.
Y ya, el último día que estuvimos en Copenhague lo usamos en visitar el Zoo. En el Zoo de Copenhague, como en el resto de Zoos del mundo mundial hay muchos animalicos, de hecho, pudimos ver, cachorros de leones y de osos pardos 🙂 En nuestra visita al Zoo, tuvimos dos anécdotas. La primera, en la que no estuvimos involucrados, fue una lucha de hembras de babuíno (los monos esos de culo rojo). Una de ellas le perseguía a la otra para pegarle y ésta se escondía detrás del macho. En una de estas, se enzarzaron en una pelea y el macho puso paz mordiendo a una de ellas. Vaya bronca que se montó.
La otra anécdota fue cuando intentamos cruzar por un puente que el mapa del Zoo, lo denominaba como «camino de la aventura». Inocentemente, abrimos la verja que cerraba el camino y nos pusimos a cruzar el puente, cuando las ocas que estaban tranquilamente nadando salieron como alma que lleva el diablo del agua y se pusieron delante nuestra, estirando el cuello y graznando sin cesar. Al principio pensamos mira que monas, hasta que en una de esas, Fran realizó un movimiento hacia ellas y las muy cabronas empezaron a correr detrás nuestra, jejeje. Y no sólo fue a nosotros, si no que a la mayor parte de la gente que intentaba cruzar por allí les hacían huir, jeje. Vimos a unas niñas que intentaron cruzar y les hicieron correr como a nosotros.
Otra de las cosas curiosas del Zoo, es que no sólo tenían animales salvajes (que es lo típico en un Zoo) si no que había una zona en la que podías ver gallinas, pollitos, ponis, en incluso vacas que podías llegar a ordeñar.
Para los que quieran ver alguna foto más de las que hemos colgado, ahí les dejamos los álbumes completos.
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