Otro de mis pequeños proyectos

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Conejillo de indias

Por tercera vez en estas últimas dos semanas, he servido como conejillo de indias humano (o cobaya o guinean pig como dicen por aquí­) para un experimento sobre fatiga en el vasto lateral, vasto medio y biceps femoral durante contracciones dinámicas en la Universidad de Aalborg. Vamos, traducido, se trataba de estirar y encoger la pierna con toda tu fuerza 75 veces a una velocidad determinada.

¿Fácil, no? Pues sí­, la teorí­a es fácil, pero cuando llegas a la práctica, te das cuenta que te tienen que afeitar parte de la pierna, aplicarte pasta abrasiva (un peeling en la pierna, vamos), pegarte 14 eletrodos a la pierna (embadurnados con gel conductor), atarte a un isocinético y empujar con todas tus fuerzas (si no es con todas tus fuerzas, se enfadan) las 75 veces. A partir de la contracción 30 se empieza a sufrir.

Realmente el mayor problema viene en la velocidad. Hice dos tandas, la primera a velocidad normal y otra a velocidad muy lenta. La de la velocidad lenta tienes que hacer mucho más esfuerzo al durar más el experimento.

Mi pobre pierna

Mi pobre pierna

¡Mi torturador!

¡Mi torturador!

¡Y cómo se pegaban los electrodos! Este fue el resultado una vez terminado el experimento.

Marcas que dejaban los electrodos

Marcas que dejaban los electrodos

La anécdota de la jornada: tení­an el denominado pain clock, es decir, «reloj del dolor», que en mi caso era más bien lo contrario, ya que ese reloj medí­a el tiempo que tení­a para descansar, pero otros no tuvieron tanta suerte como yo y era el reloj que les medí­a el interminable tiempo que queda hasta el final de su experimento.

Pain clock o reloj del dolor

Pain clock o reloj del dolor

No obstante, me lo pasé muy bien, aunque sudé un poco 🙂 Que podí­a haber sido peor, ¡con agujas y sueros!

Museo de la defensa de Aalborg

Tras haber visitado el museo marí­timo y habernos ido con un buen sabor de boca, decidimos también visitar el museo de la defensa, muy cercano al anterior.

Aalborg fue fuerte de armas desde mucho tiempo atrás y tuvo especial importancia dirante la Segunda Guerra Mundial y durante la guerra frí­a, convirtiendose en uno de los mayores polvorines de Dinamarca en esta época. Su cercaní­a al mar y la situación en el norte de Dinamarca, en el fiordo, favorecieron este aspecto.

Lo que nos encontramos según llegamos fueron un montón de motos, coches, aviones y piezas que hací­an parecer al sitio una gran chatarrera. Pero no fue así­, ya que cada una de las piezas o trozos de ellas estaba numerado y tení­a su explicación. Incluso pudimos encontrar y oí­r grabaciones originales de la ocupación nazi y de la rendición.

Lo más espectacular de toda la exposición fueron algunos de los aparatos como por ejemplo un periscopio terrestre (por ejemplo para cuando estaban en trincheras) , los equipos de radio y telecomunicación muy antiguos, la gran colección de armas y la impresionante exposición de aviones y tanques, sobre todo de estos segundos que en la mayorí­a de los casos estaban completos e incluso accesibles (aunque bastante oxidados y con grasa -mis pantalones dan fe de ello-).

Equipos de radio

Equipos de radio

Tanques de la exposición

Tanques de la exposición

Misiles y antiaéreos

Misiles y antiaéreos

El aspecto más macabro se lo llevó la parte médica. En primer lugar por la forma que tení­an las ambulancias, que parecí­an más ataudes o coches fúnebres que ambulacias y por otro lado, lo que se llevó la palma fue ver el «maletí­n de amputaciones»… la foto habla por sí­ sola.

La ambulancia, más parece un coche fúnebre
Maletí­n de amputaciones. Sin comentarios

Maletí­n de amputaciones. Sin comentarios

Enlaces:

Tras las raí­ces de Aalborg

Después de visitar el Museo Marí­timo, debido a que se nos hizo bastante tarde, fuimos a ver lugares que debido a que están al aire libre, no cierran a las 16h: Lindholm Høje y Troldkirken.

Lindholm Høje que traducido significa Colinas de Lindholm, es un yacimiento de un asentamiento vikingo entre el 700-1000AC. Lo que más destaca del yacimiento son las grandes tumbas ovaladas con forma de barco vikingo con grandes piedras que representan la proa y la popa del barco. De las 700 tumbas que han sido excavadas, la mayor parte de ellas eran cremaciones.

Explicación de cómo eran las cremaciones

Explicación de cómo eran las cremaciones

Tumba en forma de barco vikingo

Tumba en forma de barco vikingo

Una vez visitado ésto, nos fuimos a ver el Troldkirken o Iglesia de los Trolls nombre que recibe de la creencia popular de que los dólmenes fueron construidos por los Trolls.

Dólmen de Troldkirken

Dólmen de Troldkirken

Enlaces:

Museo marí­timo de Aalborg

Tras la paliza de estos dí­as, decidimos quedarnos por Aalborg a ver algunas cosas que nos quedaban todaví­a pendientes. Aalborg cuenta con museo marí­timo y museo de defensa y aunque nos propusimos ver ambos, nos entretuvimos más de lo que pensamos en el marí­timo y como cierran ambos a las 16h, pues tuvimos que dejar el de la defensa para otro dí­a.

La visita comienza con una exposición de maquetas de barcos bastante interesante, aunque lo mejor vení­a después.

Como limpiaban el casco de un barco antiguamente

Como limpiaban el casco de un barco antiguamente

Maqueta de uno de los barcos

Maqueta de uno de los barcos

Una vez pasamos las salas de las maquetas, habí­a muchos y diferentes aparatos relacionados con los barcos. Para empezar, pudimos ver en funcionamiento un radar y un periscopio:

Radar real en funcionamiento

Radar real en funcionamiento

Periscopio para ver por encima del tejado

Periscopio para ver por encima del tejado

Habí­a muchas cosas y muy interesantes que no hay que perderse, aunque cabe destacar que se puede ver cómo es la lente que forma un faro y cómo agranda la luz que hay en su interior. Seguidamente se ve a un gamberro tras una de estas lentes; podéis ver el tamaño real en las manos que aparecen en el lateral y eso que apenas habí­a medio metro de separación entre la lente y el gamberro.

Lente de un faro

Lente de un faro

También vimos, para alegrí­a de nuestro compañero ea2ccg, la estación de radio oz2asm que aunque parece de exposición, es completamente funcional y operativa durante los domingos desde marzo hasta octubre.

La estación oz2asm

La estación oz2asm

Aunque lo más interesante de la visita estaba aun por llegar ya que en la exposición al aire libre que tiene el museo, hay ¡un submarino que puede visitarse por dentro!

El submarino de la exposición

El submarino de la exposición

A pesar de lo grande que se ve por fuera, por dentro es todo lo contrario: pequeños cubí­culos, minúsculas literas y estrechos pasillos con puertas en las que era imposible no pasar agachado. Además, cada 15 minutos sonaba la alarma de inmersión que te pegaba un buen susto. El periscopio también funcionaba y estaba ambientado de modo que constantemente se oí­a a la tripulación, sonido del sónar y las alarmas.

Los pasillos eran angostos; dos no pasaban a la vez o lo hací­an muy juntitos

Los pasillos eran angostos; dos no pasaban a la vez o lo hací­an muy juntitos

Los baños... realmente pequeños

Los baños... realmente pequeños

Los controles de navegación

Los controles de navegación

También habí­a más barcos en los que montarse, minas, cañones, boyas, torpedos… y hasta un helicóptero. Hay muchas fotos en el set completo de Picasa.

En resumen, una visita interesante de un par de horas (o algo más) en la que pueden verse muchas cosas y explicaciones de casi todo lo que tiene que ver con la marina, con el aliciente de poder montarse en un submarino.

Enlaces:

Paseo por Aalborg

Para un primer dí­a de visita tranquilo, que además era domingo y no habí­a nada abierto, decidimos pasearnos un poco por Aalborg.

No hay demasiadas cosas para ver, la mayorí­a las tiene vistas Miritxu en su blog (incluso alguna más) en las siguientes entradas:

Aunque voy a comentar un par de cosillas que he podido ver con mis propios ojos. Para empezar… es verdad, Jomfru Ane Gade es la calle de los bares y su olor es… caracterí­stico. Es como en Sanfermines, olor a alcohol de varios dí­as. Se nota que muchas de las juergas en Aalborg ocurren a lo largo de esta calle.

Otra cosa que se ve es que los daneses conducen bastante bien. En general son tranquilos (siempre están los rápidos que creen que la carretera es suya) y aunque la autopista está entre 110 y 130 km/h, suelen indicar todos los movimientos y respetan mucho a viandantes, servicios públicos y entre sí­. Eso sí­, ¡mucho cuidado con los ciclistas! Tienen preferencia en casi todos los sitios y hay que tenerlos siempre en cuenta cuando se cruza una calle y se circula en general. Es algo que en otros paises (desgraciadamente) no hacemos, pero es fácil habituarse cuando se tiene respeto al resto de elementos de la ví­a urbana.

Un detalle que me llamó la atención. No es raro ver por ejemplo en España un Taxi que sean coches de gama alta como Mercedes y similares, pero lo que no habí­a visto nunca es lo que se puede ver en la foto siguiente: un taxi en un coche Chrysler!! Esto es ya la repera.

¡Taxi Chrysler!

¡Taxi Chrysler!

Y ya para terminar, esto lo descubrí­ gracias a @acidonitrix, cuál es el significado de un «teclado tradicional» o un «teclado internacional» cuando elegimos la disposición de nuestro teclado. Pues bien, cuando elegimos el «teclado tradicional», lo que podemos es poner las letras tí­picas del idioma, la ñ en el caso del castellano, la beta en alemán… y en el caso del danés su teclado tiene muchos caracteres especiales. Con el «teclado internacional» lo que se consigue es que estos caracteres se muestren de forma más legible para otros idiomas. Por ejemplo, el nombre real de Aalborg es Ålborg (es decir, una única A con un cí­rculo encima). Además, que no se pronuncia /a/, sino que es /o/ (una o profunda…) En la siguiente foto se puede ver esto mismo, como en un cartel más viejo aparece con la escritura tradicional, mientras que en el más nuevo, la escritura internacional.

Escritura tradicional e internacional

Escritura tradicional e internacional

Y bueno, yo creo que por aquí­ hay más de un español, al menos por lo que se puede ver…

Mallorca Bar

Mallorca Bar

Y bueno, ya para terminar, dejo por aquí­ el enlace al álbum de picasa donde tengo todas las fotos del paseo (cuando saque algo más de tiempo y del de Miritxu, le pondré el nombre a cada cosa, jeje).

Viaje a Dinamarca

Por primera vez en mucho tiempo, por fin un viaje largo me ha salido más o menos bien, sin contratiempos. Se trata de ir a Aalborg, Dinamarca donde me esperaba Miritxu.

Todo empezó a las 6.45 de la mañana del sábado 4 de abril, cuando cogí­ el tren de Pamplona a Madrid. Este fue el peor momento ya que un mal cálculo de la hora añadido a no encontrar sitio para aparcar provocaron que me montase en el tren apenas 2 minutos antes de que cerraran el paso.

El viaje Pamplona-Madrid, normal, un Alvia de duración aproximada 3 horas y la peli 27 vestidos, una comedia romántica que tiene algunos puntos graciosos aunque cuando han pasado unos cuantos minutos, te imaginas el final a la perfeccción, no da lugar a dudas.

En Madrid, muy fácil, ruta en metro hasta Barajas, tocaba terminal 2. Como iba con tiempo de sobra, almorcé tomando un café, una berlina y un muffin. Tras comprobar que no habí­a ninguna red wifi abierta o fácilmente accesible, fui a comprobar mis lí­neas de check-in con la suerte de encontrarlas abiertas, con lo que me fuí­ a completar el trámite de facturar la maleta. Tras un pequeño susto inicial cuando la chica me dijo que ese no era mi vuelo (sí­ que lo era), me dio el billete y pase a la zona de salidas.

Mientras esperaba a que llegase la hora de embarcar rumbo a Copenhagen, leí­a El juego de Ender libro con el que estoy ahora. Sí­, lo sé, ¿cómo no lo has leí­do antes siendo un clásico? en fin, no soy un gran lector, aunque me estoy rehabilitando 🙂 Fue en este momento cuando me di cuenta que únicamente tení­a un boarding-pass cuando lo normal es que tuviese dos al hacer dos vuelos: Madrid – Copenhagen y Copenhagen – Aalborg. Aprovechando que justo en ese momento se encontraba la chica que me atendió en el check-in, fui a preguntarle. Me dijo que no sabí­a porqué habí­a pasado, pero que iba a preguntar. De todas formas, no pasaba nada, cuando estuviese en Copenhagen podí­a ir al transfer center, sin salir de la terminal y me darí­an mi otro billete.

Pero no hizo falta, apenas 15 minutos más tarde, me llamaron por megafoní­a y me acerqué de nuevo al mostrador. Me dieron mis dos billetes, retorné el que yo tení­a y todos contentos.

El vuelo Madrid – Copenhagen, sencillo. Unas 3 horas que se me pasaron muy rápidamente ya que estuve prácticamente algo más de hora y media dormido y el resto seguí­ leyendo el libro.

En Copenhagen me tocó esperar algo más de un par de horas, pero me dio tiempo a comer algo, hacer la buena acción del dí­a y todaví­a esperar un rato a que llegase el momento de embarcar. La buena acción del dí­a fue que mentras llegaba a mi puerta de embarque (la A30, que estaba perdida allí­ al final del aeropuerto tras una pateada de unos 15 minutos), vi un boarding-pass en el suelo con el ticket de la maleta incluí­do. Como no habí­a nadie por ahí­, lo cogí­ y le eché un vistazo. Era de una chica llamada Elena que viajaba a Francia. Ok, su puerta es la A20, me pilla de camino, a ver si la encuentro oo si no, la dejo en el mostrador (a ver si hay alguien). Cuando llegué a la A20, únicamente habí­a una chica sentada en el suelo. Le pregunté a ver si se llamaba Elena, pero como pareció no entenderme, le dije si el billete que tení­a en la mano era suyo. Cuando lo vió, me puso una cara de fiera y yo creo que pensó algo así­ como «me lo has robado!». Le dije que me lo habí­a encontrado en el suelo y que como me pillaba de camino, lo traí­a a ver si encontraba al dueño. No dijo nada más… yo creo que no daba cuenta todaví­a de lo quehabí­a pasado. Yo seguí­ mi camino.

Y del resto del viaje, poco más. Tras la caminata hasta mi puerta de embarque y esperar unos 45 minutos, cogí­ el avión que por fin me dejó en Aalborg donde me esperaba Miritxu.